Hablemos de violencia

Es fácil que durante los años de adolescencia hayas vivido episodios de violencia. Entre los hombres lo tenemos super normalizado: nos hablamos mal, nos picamos, nos insultamos entre nosotros e incluso jugamos a pegarnos. Que quede claro: no tiene por qué estar mal, puede ser divertido jugar a la fuerza con otros chicos, pero el problema empieza cuando:

  1. No queremos participar en este tipo de dinámica porque no nos gusta, nos molesta o nos hace sentir mal.
  2. No tenemos otra forma de relacionarnos y hacemos de la pelea y la mofa la única forma de vincularnos entre nosotros.

La violencia en jóvenes se manifiesta en insultos, intimidación, violencia física y agresiones (físicas, psicológicas o incluso sexuales). Puede tener muchos niveles, empezando por los chistes y la humillación, y es a veces difícil de percibir. Además, como entre los chicos está muy normalizado, si quieres parar con la violencia te pueden insultar más. Sin embargo, nadie debería pasar por algo que no le gusta

¿Te sientes mal en la forma que tenéis de relacionaros entre tus amigos y tú? ¿Te hace sentir a veces mal la forma en la que se comunican o interactúan? No estás solo, hablemos de ello.

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Chico con sudadera de color negro, cubriéndose la cabeza con la capucha. Mira hacia abajo con cara triste o preocupada.

¿Y YO, REPRODUZCO LA VIOLENCIA?

Escuchamos frecuentemente que los hombres ejercemos violencia, por ejemplo violencia de género, pero no siempre es fácil entender qué es o cómo la reproducimos. Generalmente, es más fácil entender cuando recibo violencia, no es tan fácil saber cuándo estoy yo siendo violento. Y esto es importante: ¿quieres ser una persona que hace daño y genera malestar a su alrededor, o quieres ser el tipo de persona que la gente quiere tener cerca?

Casi todos en algún momento hemos hecho daño a alguien o nos hemos comportado de manera violenta. Es normal cagarla, pero es importante poder hacernos responsables de nuestros actos e intentar reparar cuando hacemos daño a alguien a quien queremos

Hay que entender que hay muchos tipos de violencia y que no todas son físicas. Hacer comentarios hirientes sobre el cuerpo de otra persona (aunque sea con buena intención) puede hacer daño. Intimidar o amenazar, también. 

Una de las formas más fáciles que tenemos de ejercer violencia es en la pareja, porque son las relaciones más estrechas y donde más emociones hay involucradas. Y es común desarrollar comportamientos dañinos por los celos, las inseguridades o por las emociones fuertes que sentimos en la pareja. Esta violencia no siempre es voluntaria o consciente, ¡puedes querer muchísimo a tu pareja y aún así hacerle daño sin saberlo!

Las formas más normales de ejercer violencia en nuestras parejas son estas:

  • Control y coerción. Controlar los movimientos de mi pareja, limitar su libertad personal, manipular decisiones importantes… Muchas veces está causada por nuestra inseguridad, pero la inseguridad no puede ser excusa para hacerla sentir así.
    •  Pregúntate: «¿Estoy permitiendo que mi pareja tome sus propias decisiones libremente? ¿Estoy respetando su espacio y autonomía?»
  • Ignorar sentimientos o hacer comentarios dolorosos. Puede que hagamos comentarios sobre su cuerpo, su personalidad, sus gustos o sus capacidades que le hacen sentir mal. Podemos también estar ignorando si se sienten mal o tienen alguna inseguridad. A nadie le gusta sentirse así.
    • Pregúntate: «¿Estoy diciendo o haciendo algo que podría hacer sentir mal a mi pareja? ¿Estoy respetando sus emociones y opiniones?»
  • Actos sexuales no consentidos: puede que para mí el sexo sea muy importante, pero eso no es excusa para presionar o forzar a que la otra persona tenga sexo sin quererlo o sin poder disfrutarlo. ¿Qué tipo de persona estoy demostrando ser? 
    • Pregúntate: «¿Estoy respetando siempre el consentimiento de mi pareja en todas las situaciones sexuales? ¿Estoy considerando sus deseos y límites?»

Hay muchos escenarios más donde podemos estar reproduciendo relaciones de violencia, sabiéndolo o sin saberlo. En cualquier caso, para poder parar estas dinámicas es importante poder hablarlo. En Bróders puedes comentar tus dudas en el foro de manera anónima para que te respondan otros jóvenes o puedes hablarlo con un profesional en privado y sin revelar tu nombre.

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LA VIOLENCIA EN EL MUNDO DIGITAL

La tecnología es básica para entender cómo nos comunicamos y nos relacionamos. Las redes sociales, los videojuegos y los mensajes instantáneos forman parte fundamental de nuestra vida cotidiana. Ahí también pueden darse episodios de violencia.

El ciberacoso, los insultos, las amenazas y la difusión de rumores o imágenes sin consentimiento son formas de violencia que afectan a muchísimos jóvenes cada año. Este tipo de acoso puede tener consecuencias muy graves para la salud mental de las víctimas, como la depresión, la ansiedad y, en casos extremos, el suicidio.

El mundo digital es una extensión de nuestra vida real. La forma en que nos relacionamos en línea debe reflejar los mismos valores que nuestras interacciones cara a cara.

Según un estudio realizado por UNICEF, el ciberacoso es una experiencia común entre los adolescentes, y las niñas son más propensas a ser víctimas.

¿Cómo podemos prevenir la violencia en el mundo digital?

  • Educarnos: Es fundamental aprender a identificar las diferentes formas de violencia en línea y conocer nuestros derechos.
  • Respetar a los demás: Nuestras acciones en el mundo digital tienen consecuencias reales en la vida de las personas, recuérdalo. ¿Eres consciente de cómo tus palabras y acciones pueden afectar a los demás?
  • Denunciar: Si eres víctima o testigo de ciberacoso, es importante denunciarlo. ¿Quieres ser ese tipo de persona que contempla pasivamente la violencia sin hacer nada?
  • Usa las tecnologías con cabeza: En el mundo digital también es importante moverse con valores, y ahí también demuestras qué tipo de persona eres.

Si estás siendo víctima o testigo de violencias digitales, puedes hablar con nosotros. Podemos ayudarte o derivarte a los especialistas más adecuados para cada caso.

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