Si la sentís como una hija, tratadla como a una hija. Dadle el mismo cariño y la misma guía, incluyendo normas y costumbres familiares. Si los adolescentes tienen que estar en casa a una hora, ella también. Si el resto de miembros de su familia se reparten las tareas, ella también debería participar en la misma medida para que asuma que aporta como parte del grupo para el bien del grupo, no como una chacha. Lo mismo para las celebraciones: si la costumbre de la familia es ir al cine o recibir una tarta en su cumple, con ella que sea igual. Si en la familia os decís que os queréis, os dais las gracias y os mostráis afecto, con ella lo mismo (aceptando sus límites, claro).
Llevará tiempo y es posible que nunca se libre del todo de esa idea. No podéis desprogramarla tan rápido como os gustaría y tiene profesionales ocupándose de eso. Vosotros tenéis que estar a su lado con los brazos abiertos para ayudarla a su ritmo. Demostradle que confiáis en ella y que sois dignos de su confianza y aceptad lo que os pueda dar en cada momento.