Sí, es normal, las personas autistas solemos tener rigidez cognitiva y a la vez dificultad para ver los matices, es decir, lo vemos todo blanco o negro. Cosas que para otras personas no tienen importancia o lo pueden olvidar y superar con los días, o vivir con ello aunque no les guste, a los autistas nos cuesta mucho más (y eso no es que sea malo, pero somos minoría jaja). Eso hace que las relaciones sean un reto para nosotros, y puede llegar un punto en que ya no queramos relacionarnos más porque es doloroso. Por otro lado la necesidad de tener amistades, relaciones, de pertenecer al grupo, sigue ahí, y las veces que lo conseguimos nos sentimos bien. A mi lo que me ha ayudado es que la psicóloga me ayude a entender mis procesos, mis necesidades, que muchas veces son diferentes de las de los demás, para poder estar tranquile, para no llegar al punto de sobrecarga en que lo mando todo a la mierda. Poder parar antes, cuando noto que me empiezo a agobiar y que me molesta lo que hacen los demás, retirarme y ver qué necesito. Muchas veces es descansar y estar en un sitio tranquilo y seguro donde poder volver a mi. También te digo que hay gente gilipollas y es todo un arte darse cuenta cuándo eres tú que te estás empezando a sobrecargar o cuando es que el otro se está pasando. Para mi un buen recurso es hablarlo con alguien de confianza que quiera lo mejor para ti y que te pueda dar su visión desde fuera. Y poco a poco ir entrenando habilidades para poder movernos por un mundo que suele ser bastante poco amigable y comprensivo con nuestras necesidades.