A veces miro la vida como un scape room donde la salida está en sentirme vivo.
Para mí ese es el sentido de la vida. Sentirme vivo. Cuando me siento vivo, no me pregunto si tiene sentido, sino que simplemente vivo.
A veces es difícil llegar a esa sensación. Hay mucha presión y parece que uno nunca está a la altura. La sociedad está montada para ser productivos y consumidores, no para ser felices. Salirse de los estereotipos, darse permiso a ser uno quien es. Ser íntegro! Y coherente, no hacer cosas que mi cuerpo dice que no quiere hacer. Hacer aquello que me hace sentir tranquilo por dentro, que luego no me trae rayadas. A mí me ayuda guiarme por la sensación, con la cabeza a veces me cuesta saber lo que me sienta bien de lo que no. ¿Qué me hace sentir más cómodo?
¿Qué cosas disfruto? ¿Qué cosas me ponen en estado de flow?
A veces la vida duele. Pedir ayuda es importante. Tener a otra persona que puede estar conmigo mientras yo estoy pasando un momento difícil, solo con eso, con que haya alguien ahí acompañadome, hace que eso sea más fácil de vivir. Las dificultades van a ir llegando siempre, de una manera y otra. La cosa es aprender a resolverlo, aprender a ser capaz de lidiar con lo que venga y aprender de esas experiencias para ir curando la vida, poco a poco, entre todos, de eso que no tiene sentido.