Igual por aquí pero en mi caso fue a través del fútbol. Tengo sentimientos encontrados porque algunos han sido realmente como hermanos. Creo que la decisión depende mucho de valorar en qué punto se encuentra el colega, porque hay algunos que se limitan al comentario típico y se les puede contestar sin que el desgaste sea muy grande, pero hay otros colegas que es un comentario detrás de otro… y no tengo tanta energía. Lo que quiero decir es que hay que intentar buscar el equilibrio entre no irse a la primera de cambio y no pecar de querer «salvar» a quien no lo pide.